19 mayo 2020

Carta desde Camp Cawnpore

 La que sigue a continuación es mi traducción de una carta del teniente británico Fred Roberts destinada a su madre y sus seres queridos, en la que narra algunos acontecimientos de los que fue partícipe estando de servicio como asistente en el estado mayor de la fuerza de Delhi. En ella incluye la narración de alguna escaramuza con los rebeldes, y expresa su consternación ante las penalidades del día a día de la campaña y el descubrimiento de los restos de la masacre del sitio de Cawnpore, más concretamente de la llamada "Casa de las Damas" en Bibighar, y su infamemente famoso pozo. Me he tomado algunas licencias en la traducción con el objeto de mejorar el sentido y la comprensión del texto, así como con la correspondencia de algunas palabras procedentes de jerga militar propia de la época y de mezclas lingüísticas entre el hindi y el inglés.

Camp Cawnpore
27 de octubre de 1857

  MI QUERIDA MADRE - Te escribo desde Agra en el catorceavo día de camino hacia Bombay, desde entonces la columna ha marchado por la carretera troncal hasta aquí. Hemos encontrado poca oposición, tomado Manpuri sin disparar ni un tiro, y establecido un dak-house (1) en el cruce de las dos carreteras desde Aligarh y Agra. Después de esto, pusimos mensajeros, y hasta el día de hoy el correo ha llegado regularmente. Desafortunadamente, no podemos prescindir de ningún hombre para custodiar una estación entre aquí y Agra, y acabo de oir que el Nawab (2) de Fatehgarh ha matado un cossid (3) y bloqueado la carretera, por lo que temo que nuestra comunicación esté cortada otra vez. Una mañana tuvimos un pequeño combate en un pueblo llamado Kunoj. Yo había recibido información de que allí se ubicaban cuatro cañones custodiados por trescientos o cuatrocientos hombres, pero que probablemente se retirarían así nos acercáramos. Sin embargo, cuando estábamos cerca del pueblo, mis espías me informaron de que el enemigo estaba a unas dos millas del campamento intentando cruzar un arroyo con los cañones. Yo disponía de unos veinte Sowars (4), por lo que marchamos al galope, dejando un mensaje a la guardia avanzada para que acudieran lo más rápido posible con dos cañones y algo de caballería. Mi rápido avance tuvo el efecto de hacer que el enemigo dejara un cañón en esta orilla, en su urgencia por salvarse a sí mismos. Los otros tres ya habían cruzado el arroyo, y con uno de ellos, mientras yo estaba echando un vistazo con los binoculares, dispararon una carga de metralla, la cual derribó el caballo de mi ordenanza y me hirió ligeramente en la cara ¡¡casi arrancándome el bigote!! En ese momento, llegaron los dos cañones, y después de tres o cuatro disparos los bribones salieron huyendo dejando sus cañones atrás. La caballería entonces cruzó al otro lado, y galopamos conduciendo a los rebeldes, después de una persecución de seis millas, ¡¡al interior del Ganges!! Solo vi a un hombre alcanzar la otra orilla, y un caballo, muy pocos lo consiguieron. Parte de la infantería se ocultó en el cultivo y escapó. Yo, como de costumbre, tenía un caballo herido por un corte de sable. Un Sowar desmontado me atacó. Yo paré el golpe, salvándome, pero mi pobre rocín recibió un penoso tajo. Sin embargo, fue una muy buena aventura, y conseguí una mención por llegar tan rápido sobre los felones y obligarlos a abandonar un cañón.

 Llegamos aquí ayer. Yo llegué el día de antes. Menudo espectáculo es Cawnpore, jamás te lo imaginarías, Madre. El lugar donde Sir H.Wheeler se defendió es la ruina más perfecta causada por la artillería que nunca vi - dos pequeños barracones con una parodia de zanja, no suficiente como para protegerse de una bala, - que lamentable impresión. Dicen que el pobre Wheeler tenía miedo de fortalecer su posición por temor a despertar sospechas entre los nativos, y en este lugar miserable, nuestras pobres mujeres estuvieron expuestas durante tres semanas al terrible sol de junio de Cawnpore, y a los cañonazos del enemigo cuyas baterías estaban erigidas a una distancia de unas doscientas yardas. Muchas mujeres fueron asesinadas, otras heridas. Los supervivientes fueron recluidos en una casa miserable, no apta para perros, hasta la tarde anterior a que nuestras tropas llegaran a Cawnpore, cuando todos fueron asesinados. Solo Dios sabe cómo. Los nativos dicen que los niños fueron ahorcados ante sus madres, y que cuando todos habían sido heridos por los disparos de los cipayos, unos carniceros fueron enviados a terminar tan sangriento asunto. Habían alrededor de doscientas mujeres y niños en total. Ahora el suelo está esparcido de ropa, zapatos, etc., y el terreno desde la casa hasta el pozo donde los restos fueron arrojados, está cubierto de mechones de cabello. Oh, Madre, contemplar esas visiones tan horribles le hace a uno sentirse muy, muy triste. No es extraño que todos nosotros nos sintamos encantados de matar a estos cipayos. Lo que las desgraciadas mujeres y niños debieron sufrir. Confío en en que las masacres hayan terminado.
 Sin embargo, en Lucknow, están en una mala situación. La Fuerza de Havelock salvó a la Guarnición del peligro inminente en el que estaban, pero ahora él mismo está rodeado con los suyos por el ejército rebelde, y nos ha escrito para decir que, economizando estrictamente, el oficial del Comissariat (5) les ha informado de que la harina para el pan y los bueyes (usados habitualmente para trasladar los cañones) solo durarán hasta el diez de noviembre, y que por esa fecha, a menos que los liberemos, se morirán de hambre o se rendirán. Nuestra fuerza no es muy fuerte, pero aquí hemos recibido alrededor de quinientos soldados de infantería frescos, haciendo que la columna llegue a dos mil soldados de infantería (la mitad de los cuales son sijs), setecientos cincuenta soldados de caballería y dieciséis cañones ligeros. Así marchamos el día treinta y uno, y alcanzamos nuestro puesto avanzado en tres jornadas. Este puesto se encuentra a cinco millas de la residencia donde está nuestra gente, con las mujeres viviendo bajo tierra, y con toda la comunicación entre los dos puestos cortada. En este lugar dejamos la carretera y rodeamos hacia el este donde el canal se une al río. Todos los puentes que hay sobre el canal están destruidos, y tenemos que detener nuestra ruta. Una vez que crucemos estaremos a unas dos millas de Havelock, y a la señal designada, las dos fuerzas avanzarán para encontrarse. Este es el plan actual, pero miles de imprevistos pueden frustrarlo. Sin embargo, suceda lo que suceda, debemos alcanzar el interior antes del día diez. Tan sólo nuestros víveres ya requieren un pequeño ejército para protegerlos, pero con la ayuda de Dios todo irá bien. ¿Quién hubiera pensado que la fuerza de Delhi ayudaría a Lucknow? Hace dos meses, estábamos ansiosamente esperando la llegada de Havelock a nuestro campamento en Delhi. Es imposible adivinar ni siquiera el número de rebeldes a los que tendremos que enfrentarnos. Oude (6) está lleno de cipayos. Todos los de Delhi han huido allí, y he oído que tienen unos ciento cincuenta cañones. Un mes más tarde podríamos acudir con una fuerza enorme, pero un retraso de una semana sería la ruina, así que debemos hacerlo, y vaticino un perfecto éxito. El comandante en jefe ha telegrafiado que estará aquí el día uno o dos, y nos alcanzará. Esa es mi buena suerte, estar con las fuerzas a su mando, y con las cuales, si es posible, permaneceré. Norman hará todo lo posible para que me quede, y si tengo éxito, estaré bien. Ellos pensaron que yo estaba trabajando duro, así que me ofrecieron un asistente, que es un muy buen compañero de mi mismo regimiento y un viejo amigo mío llamado Mayne. Él está muy por encima de mí, ya que lleva doce años de servicio, pero está muy contento de hecho, él dice, de servir bajo mi mando ¿No es gracioso? Realmente no tengo mucho trabajo que hacer, más allá de mucho cabalgar y mantenerme siempre informado, ya que a diferencia de otras campañas los civiles y políticos no tienen nada que hacer, así que tengo todo el trabajo de la columna (7).

 Los rebeldes de Gwalior está en Kalpee, sobre el Jumna, donde acaban de terminar un puente de barcas, pero sus intenciones son difíciles de concretar. Dudo mucho que vengan a Cawnpore. De todas formas, esperamos hasta el treinta y uno para ver su ruta y luego cruzar el Ganges en Oude... Tendremos algo de trabajo, pero tengo una gran fe en las tropas de Delhi. Son firmes, al menos la artillería y la caballería lo son, y tenemos uno o dos hombres buenos. Es tan extraño la forma en que salen los compañeros. Muchos de los que en un momento parecen grandes tipos, no hacen nada cuando están de servicio y viceversa. Cuán alegre será cuando todo haya terminado, y venga a verte, querida Madre, con medallas por Delhi y Lucknow. Me han prometido que seré recomendado para un cuerpo de caballería, pero en su lugar me gustaría mucho permanecer como estoy... Además, no hay nada como el estado mayor, aunque la paga pueda no ser tan buena. Revisé el atrincheramiento de Wheeler nuevamente esta mañana, y recogí un par de hojas de música con la canción de Innes "¡No giova il sospirar!". Apenas hay una distancia de un pie en las paredes que esté libre de un disparo de cañón - un oficial que escapó me mostró lugares donde oficiales y damas habían sido asesinados mientras se apoyaban contra las paredes. Wheeler del 1º N.I. había sido herido, y su hermana estaba abanicándolo, cuando llegó una bala de cañón y le arrancó la cabeza. Ves lugares donde las madres habían excavado el suelo para hacer huecos donde sus bebés pudieran dormir. No hay palabras para expresar los sentimientos propios al visitar estos lugares horribles. En Lucknow, entre las señoras, está la señora Hayes (que una vez fue Fanny Torrens). El 93º de Highlanders marcharon esta mañana, luciendo tan bien en los kilts. Los nativos piensan que son los fantasmas de las mujeres asesinadas, pero los marineros les asombran más - cuatro pies de alto, cuatro pies de ancho, largo pelo ¡y portando grandes armas! No pueden salir de su asombro. Esto va vía Calcuta.
 Después de que Lucknow haya sido liberada, volveré a escribir, Madre mía. Hamilton supongo que está pensando en comenzar por este delicioso país otra vez. Espero poder verle después de que el trabajo haya terminado. Debería intentar visitar Calcuta, ¡aunque solo fuera para que cepillaran y recortaran mi barba! Temo que los Royals lo tengan todo a su manera. Sería una pena si no recompensaran y aumentaran nuestro regimiento. Hemos perdido alrededor de cuarenta oficiales desde mayo, nuestros mejores hombres se han ido - Nicholson, Neill (8), etc... y los oficiales de la Reina gobiernan en todas partes. Sin embargo, supongo que todo al final se arreglará. Anhelo más que nunca volver a casa y veros a todos. Estos últimos pocos meses me han hecho sentir 10 años más viejo, y no por mala salud, porque nunca he estado tan bien, si no por todo lo que he visto y experimentado. Uno no puede evitar pensar y reflexionar sobre estas masacres sin precedentes. Los soldados saben cual puede ser su destino, pero uno apenas puede comprender por qué delicadas mujeres y niños indefensos han sido sometidos a tales torturas. Dios los bendiga. Me pone bastante triste escribir sobre ellos. La Sra. Norman ha recopilado pasajes de las cartas de Norman los cuales está enviando a casa de su madre, y le ha pedido que se los reenvíe al General, ya que Norman y yo estábamos constantemente juntos durante el asedio, y os darán una mejor visión que mis cartas escritas una vez cada quince días. Dale mi amor a la querida Innes. Estoy muy contento de escuchar que su pequeño bebé está floreciendo. Escríbeme, Madre, largas, largas cartas en cada correo. La mía debe valer para todos, y como sé, la reenviarás a Innes y John.

 Tengo un gran problema con mis caballos. Los dos que están heridos no se recuperarán, y el tercero está cercano a la muerte. Ningún dinero puede comprar caballos ahora - no voy a tener ninguno, y debo montar, por lo que esto es tan complicado como un rompecabezas chino. Me gustaría mucho conseguir un par de pistolas, de las que suelen llamar superpuestas, no demasiado grandes. No me importa cual sea su estado, siempre y cuando las llaves estén bien. Estos revólveres, estoy convencido, son de poca utilidad. El mío siempre me falla. Adiós, Madre. Todo el cariño para el General y la querida Harrie. - Siempre, mi propia Madre, tu afectuoso y devoto hijo,
Fred. Roberts.

  1. Edificio gubernamental de la Compañía de las Indias Orientales.
  2. Virrey de una subah (provincia) en el imperio mogol.
  3. Mensajero o correo (originario del hindi qasid).
  4. Tropas de caballería de los ejércitos nativos de la India británica con rango de soldado raso.
  5. Servicio civil uniformado del ejército británico hasta 1869.
  6. El Estado Oudh, también Reino de Oudh, o estado de Awadh era un estado principesco en la región de Awadh del norte de la India hasta 1858. Oudh es el ahora obsoleto pero una vez oficial nombre en inglés del estado, también escrito históricamente como Oude, derivado del nombre de Ayodhya.
  7. Cuando el gobierno de la India emprendía una campaña, la fuerza siempre iba acompañada de un oficial político cuyo deber era estar en contacto con la gente del país en el cual se llevaban a cabo las operaciones, y así mantener al gobierno y al general al mando de la fuerza informados sobre todos los asuntos no estrictamente militares.
  8. General de brigada James Neill, caído en Lucknow en septiembre de 1857.


El pozo y el monumento, la casa de la matanza, Cawnpore, Kanpur, Uttar Pradesh, tomada en 1858 por el Dr. J.Murray. La imagen muestra la casa Bibighar en la que las mujeres europeas y los niños fueron asesinados y el pozo donde se encontraron sus cuerpos.

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